Al realizar la práctica de sociología “Diseñar un colegio”,
mis compañeras y yo nos dimos cuenta de que la mayoría de la población no puede
permitirse los costes de la educación privada y por eso confían en la educación
pública. Sin embargo, últimamente la educación pública se está viendo
gravemente afectada por los recortes, afectando así a su calidad.
Estos recortes están provocando, entre otras cosas:
- Masificación de las aulas (menos profesores, más alumnos por aulas).
- Profesores que imparten otras asignaturas sin tener la suficiente preparación, como por ejemplo, profesores de matemáticas que den clases de física.
- Menos recursos tecnológicos en las aulas.
- Materiales escolar y deportivo estropeado, viejo o escaso.
- Al disponer de menos personas en el equipo de orientación se verán afectados aquellos alumnos que necesiten necesidades educativas especiales.
- Etc, etc...
He encontrado en el periódico “El País” la opinión de Víctor,
un profesor de un centro privado que compara las grandes diferencias que existen
actualmente entre lo público y lo privado. Me ha parecido muy interesante pues
nos cuenta cómo su padre, que apenas
recibió una educación, consiguió que sus hijos pudieran acceder carreras
universitarias. Ahora, este profesor comenta que, si no fuera por aquella educación
pública de calidad que él recibió, no habría llegado a ser quien es.
Si queréis saber más sobre la historia de Víctor aquí os dejo el enlace. Es muy breve y merece la pena leerla. http://elpais.com/elpais/2013/02/11/opinion/1360606502_373634.html
Esta historia me ha hecho reflexionar pues, si la calidad de
la educación pública se ve afectada, tal vez historias como las de Víctor no se
repitan y sólo puedan optar a puestos de trabajos superiores aquellas personas
que se formaron por lo privado y que pudieron permitirse pagar el aumento de
las tasas universitarias.
¿Qué ocurrirá con aquellos alumnos que solo puedan permitirse
lo público? ¿Aquellos a los que la Universidad será un sueño inalcanzable? Tal
vez éstos no tendrán tantas oportunidades de encontrar trabajo, ni de cobrar un
gran salario y por tanto, sus hijos no podrán optar a una buena educación, repitiéndose
la misma historia. Así esto se convertirá en un círculo, en el que la única
manera de salir de él sea que la educación pública vuelva a ser sinónimo de
calidad y todos los cuídanos reciban la misma formación. Esta es la única
manera de garantizar que todos tendremos las mismas oportunidades.
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